Potosí fue fundada en 1546, y le tomó solo 3/4 de Siglo en pasar a ser la ciudad más grande del Mundo, con 160 mil habitantes. Tiene callecitas empedradas que corren en zig-zag y después de alguna curva, nos deja con una magnífica vista del Sumaj Orcko, el nucleo vital de la existencia de Potosí,sin duda una, sino la que más, le dío al Mundo, paradojicamente la que menos recibío, aunque pudo heredar la arquitectura colonial y se llenó de gente rica y eso queda evidenciado en la opulencia de las casas, iglesias y distintas construcciones de la zona, que se mezclan con el fenotipo y la cultura local de la gente del altiplano, marcando un contraste tan grande como impresionante.
El arraigo indígena, hace que en el ambiente se mezcle el castellano, con quechua y el aymara, gente con los vestidos típicos, amplios y coloridos de llama y otros de traje,negro, sobrio,mundano... y los mineros que se pierden en búsqueda de plata. Eduardo Galeano, dijo, en lo que ya es mito, que se ha sacado tanta plata de Potosí que hubiera sido posible hacer un puente entre el mismo cerro y Madrid, versiones de la misma leyenda, pero un poco más macabras, dicen que se hubiera podido contruir un puente de las mismas dimensiones con los huesos de las personas muertas en las minas
Cuenta la leyenda que un pastor estaba llevando a sus llamas, cuando la noche se cerró encima de el, y tuvo que acampar en el cerro, al otro día, el fuego que había hecho para abrigarse del fue hizo que la plata en las paredes del cerro se derritieta.
Para figurarse la dimensión de las excavaciones, voy a decir que se han hecho 17 niveles, por lo que se puede entrar en las entrañas de cerro 240 metros, dentro de la mina, se pueden experimentar variaciones de 45º, hay más de 5000 socavones y bocaminas que forman intrincados laberintos. El Tio es la deidad encargada de cuidar las minas, y los visitantes deben hacerle ofrendas, tabaco, agua, coca para que el provea, y nos haga sacar el material más puro.
La mina más antigüa es Pailaviri, que es explotada sin descanso desde 1545.
La mina más antigüa es Pailaviri, que es explotada sin descanso desde 1545.
Adentrarse en la mina es una experiencia tan horrible como fantástica, hay que hacerlo con un guía porque en el caso de perderse solo, sería imposible salir sin ayuda.
El polvillo, el calor, la falta de agua, hacen que después de haber recorrido poco metros querramos salir, yo llegué al nivel 3 después de bajar casi por 1 hora y media, tras un par de subidas y bajadas la altura de 4000 m.s.n.m se sienten y mucho, y es muy dificil volver a hacer que la respiración se normalice, sobretodo con un profundo olor a tierra que dificulta aún más esto y pensar que estas cerca de desamayarte. Hay que estar atento al grito de cuidado y saltar al costado, si no queremos ser embestido por un carro sobrecargado de piedras, como en los dibujos animadas.
La vuelta se hizo bajo un ritmo calsino y asfixiado, pero ver la luz al final del tunel fue una inyección de vitalidad que hizo que todos corríeramos para poder volver a sentir el viento en la cara. Es muy triste saber que el 95% de las personas que trabaja ahí lo hace porque no tiene otra opción, es más triste saber que la mayoría no va a pasar los 40 años.
En la otra cara de esta moneda, hablando justamente de Potosí, están los españoles, que sacaron (o saquearon me da lo mismo el término que quieran usar) el metal de las minas, y necesitaban moldearlo, y lo hicieron en la Casa de la Moneda, de ahí viene la frase "Vale un Potosí" ante algo que es de sumo valor. Era el lugar en el que se acuñaba el metal y se convertía en moneda de circulación en todo el imperio. Hoy, prácticamente convertida en museo, es una de las atracciones turísticas más importantes de Potosí y nos trasladan a aquella época, bajo la mirada atenta de esa extraña cara, que se le atribuye al Dios Baco, al descubridor de Potosí o al presidente que importó esas máquinas, a una o a todas, no se sabe.
Sin tomar posiciones por un lado o el otro, es claro como se llevó mucho a Europa y no se dejó nada, lo único que quedó, fue impuesto, porque los nativos, ya tenían su religión, forma de vestirse y lengua y viendolo de ese lado, tambien se quitó, porque se les sacó la posibilidad de poder mantener estos rasgos, de su historia, de su cultura, de su forma de vida.
En la otra cara de esta moneda, hablando justamente de Potosí, están los españoles, que sacaron (o saquearon me da lo mismo el término que quieran usar) el metal de las minas, y necesitaban moldearlo, y lo hicieron en la Casa de la Moneda, de ahí viene la frase "Vale un Potosí" ante algo que es de sumo valor. Era el lugar en el que se acuñaba el metal y se convertía en moneda de circulación en todo el imperio. Hoy, prácticamente convertida en museo, es una de las atracciones turísticas más importantes de Potosí y nos trasladan a aquella época, bajo la mirada atenta de esa extraña cara, que se le atribuye al Dios Baco, al descubridor de Potosí o al presidente que importó esas máquinas, a una o a todas, no se sabe.
Sin tomar posiciones por un lado o el otro, es claro como se llevó mucho a Europa y no se dejó nada, lo único que quedó, fue impuesto, porque los nativos, ya tenían su religión, forma de vestirse y lengua y viendolo de ese lado, tambien se quitó, porque se les sacó la posibilidad de poder mantener estos rasgos, de su historia, de su cultura, de su forma de vida.