domingo, 11 de noviembre de 2007

En búsqueda de La Paz

Brindo por La Paz... Bolivia, una ciudad envuelta entre la tradición aborigen y la herencia colonial.
Siendo la sede del gobierno y una de las ciudades concentra la mayoría de la población del país del Altiplano, erigida a 3600 snm en una meseta entre montañas donde de un lado podemos ver la manificencia de la Cordillera coronada por las nubes y del opuesto valles más bajos. Es un resumen perfecto de Bolivia, caótica, atrapante y multicultural, una ciudad como ninguna otra.

Su nombre conmemora la restauración de la paz después de la guerra civil, por lo que en su escudo se lee el lema "Los Discordes en Concordia, En Paz Y Amor Se Juntaron, y Pueblo De Paz Fundaron, Para Perpetua Memoria". Fundada en 1548 por el Capitán español Alonso de Mendoza.

Llegar a La Paz, como llegar a casi cualquier punto de Bolivia, no fue fácil. El colectivo salio a las 19:30 para cubrir los 533 km, a las 20:30 ya no había luz solar, muy ingenuo de mi parte pensar que iban a prender alguna luz, como mínimo para leer, ni hablar de una película, cena o baño (el colectivo cada tanto paraba y todos bajábamos a satisfacer nuestras necesidades, llamese ir al baño o a comprar comida). ¿Dije ya que el transporte era bastante malo? Si, creo que si.

Como en toda ciudad colonial, el comienzo de la visita, es por la Plaza Mayor, más conocida como Plaza Murillo, ya que aquí fue donde se comenzo la construcción de la ciudad, y como toda ciudad fundada por españoles, tiene la forma de tablero de damas, es decir, manzanas cuadradas bien marcadas. En frente de la plaza siguiendo el estilo colonial, está la Catedral.

Del otro lado, en blanco y naranja, podemos ver el Congreso Nacional de Bolivia, sede del poder legislativo, antes de cumplir esta función, había servido como convento y posteriormente como universidad, con los colores rojo-amarillo-verde flamea orgulloso el estandarte boliviano.
El Palacio de Gobierno, también, en frente de la plaza, conocido como Palacio Quemado, debido a que el pueblo, en una sublevación contra el gobierno lo quemó, allá por el año 1860, y debío ser víctima de numerosas reconstrucciones, es el lugar donde trabaja el presidente de Bolivia, Evo Morales, el primer mandatario de origen indígena, que de joven se desempeño como cocalero.

Despúes de haber visto todo eso, tenía un poco de hambre (o mucho mejor dicho), y me deje arrastrar por el consumismo de masa hasta un Burguer King, donde cedí frente a una calórica hamburguesa.

La iglesia San Francisco, construida en "barroco mestizo" un estilo producto de la simbiosis de los colonizadores y colonizados, es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, y en frentre de ella se puede ver uno de los espectáculos más especiales de La Paz. Ser lustrabotas, en Bolivia es considerados deshonroso, y las personas que viven de esto, usan pasamontañas y llevan todo el cuerpo cubierto, sin previo aviso de esto ,ver a alguién así vestido, es un poco inquietante, ya que parece un militante de Al-Qaeda, en frente de la inglesia se llevan a cabo increibles partidos de futbol, generealmente de un equipo de lustrabotas, que a pesar de todo siguen jugando tapados, y quien los desafie.

El centro histórico de la ciudad queda como único testigo de la conquista, ya no queda la pompa que tuvo en sus épocas doradas, pero nos habla de lo que alguna vez fue y la historia que se vivío en torno a esos edificios, como el edificio de la policia, en el que se ven las marcas de las balas producto de la contienda contra estudiantes hace un poco más de una década.

Como último punto a mencionar de esta ciudad, tenemos el Mercado de Brujeria, famoso por tener remedios a todos los males y medicinas alternativas, todo algo esotérico. El ritualismo gana lugar con las hierbas, polvos, fetos (de llama, vacas, y distintos animales), pieles (de gatos monteses, serpientes o zorros) utilizados por los chamanes o brujos (o chantas según la "doctrina" más escéptica) para curar impotencia, problemas de fertilidad, entre otros.

Dejando de lado el misterio, podemos encontrar los típicos pulloveres de llama, gorros, mantas a muy buen precio (aun para nuestra diezmada economía) y mucho mejor, si aprendemos las reglas básica del regateo, todo por esta zona, puede bajar su precio hasta un 50% y aun así, siempre podemos encontrar a alguién que haya hecho mejor negocio que nosotros.


Estas reglas sirven en Bolivia, y especialemente en La Paz, una ciudad que se rige por sus propias normas, lo que la hace para cualquiera que vaya un lugar enigmático y lleno de misterios.