"¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio" Es uno de los proverbios rusos más populares y se aplica perfectamente a la historia reciente, podría volver 861 años, al 1147 a la fecha en que Yuri Dolgoruki fundó la ciudad, pero poco tendría que ver con el Moscú de hoy. Una ciudad que sufrió los vientos del cambio, de monarquías absolutistas a los regimenes mas severos y que hoy se debate en el capitalismo salvaje, entre personas con herencia comunista, orgullosas de su pasado y ambiciosas en su porvenir.
De un tamaño inhumano, hogar de 14 millones de almas, por sus calles transitó la historia moderna. Vulgar y decadente, espléndida y resplandeciente, en una sinergia que hace que las partes sean mucho más que el todo, en una manera muy díscola que se respira en el aire. La Biblia y el calefón.
Estéticamente, con la revolución de octubre de 1917, el derrocamiento del Zar Nicolás II, el ascenso de los bolcheviques al poder de la mano de Vladimir Lenin y León Trotsky, la formación del Partido Comunista y la posterior creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Todo esto llevó a la política Roja, o Comunismo de Guerra, en el que el gobierno controló y planificó la industrialización, haciéndola muy fuerte. Los piatiletkas de Stalin, arrastraron a Rusia al Siglo XX, lo que significó el crecimiento económico más grande de la historia, así también la masacre no sale del top ten, cuando Stalin murió, la URSS contaba con todo un arsenal de armas nucleares y la mitad de Europa como países "satélites", creando un magnetismo innegable con su figura, ya sea por adhesión o aversión, Jruschov llegó a llamar esto "Culto a la personalidad".Después vino la perestroika y el glásnost una política de apertura hacia los medios de comunicación, con transparencia informativa, permitiendo la libertad de expresión y de opinión. Pero con políticas no se borra todo el sistema, y quedó evidenciado en las construcciones en masa que están a lo largo y a lo ancho de toda la ciudad. Otro de estos vestigios del socialismo, son Las 7 hermanas, aunque prefiero decirles los rascacielos de Stalin (es un título que no parece sacado de una película de Disney por lo menos), que son un conjunto de 7 rascacielos (valga la redundancia) de estilo barroco ruso y gótico, para conmemorar el 8vo centenario de la ciudad, uno quedó sin construir este iba a medir 389 metros y estaría coronado con una estatua de Lenin de 100 metros más (de haberse hecho seguiría siendo hoy en día el edificio más alto del Mundo), sus mastodónicas formas dominan el horizonte moscovita.
"Sigo el Moscova, abajo hacia el parque Gorki...soldados que pasan, escuchando el viento del cambio", vientos que le imprimieron personalidad, una ciudad intimidante, de frío concreto como el temperamento de las personas que pululan por sus rincones, que coquetea en la memoria lo ambiguo de los buenos y malos recuerdos, en una experiencia fascinante por una de las ciudad más impactantes. La letra de la balada de Scorpions se podría aplicar al caso, si seguimos a Klaus Meine, llegaríamos a la Catedral del Cristo Salvador de Moscú, la iglesia ortodoxa más grande de Moscú, su construcción duró casi medio siglo, y abrió en 1883, pero en 1931 fue explotada hasta los cimientos (más de 2000 monumentos fueron destruidos), porque en su plaza se erigiría el 8vo de los rascacielos de Stalin, el Palacio de los Sóviets , su lugar lo ocupó luego una gran pileta pública. Hace 20 años, se creó una fundación para la reconstrucción de la iglesia. Basándose en lo que había quedado de los planes de la anterior, se emprendió el ambicioso proyecto de 360 millones de dólares para este monumento único, su profuso interior genera paz que solo se rompe con la plegaria del sacerdote ortodoxo a los feligreses. Resumiendo, pasó de Catedral a proyecto del edificio más imporatante del Mundo a pileta y de nuevo a Catedral...Algunas cosas no las entiendo del todo
Museo del arte del socialismo/palacio subterráneo, son algunos de los apócopes del subte de Moscú, o Metro como le dicen los moscovitas, casi 10 millones de personas lo usan a diarios para moverse por la urbe, 293 kilómetros, 12 líneas, 176 estaciones, lo hacen aparte de una obra de arte, una obra de ingeniería, todo el crédito es para el Partido Comunista. Los mejores artistas rusos, italianos, letones lo decoraron con opulencia, en las estaciones más concurridas el tren pasa cada menos de 30 segundo, con escaleras mecánicas interminables, que tardan aproximadamente 3 minutos en llevarnos, los rusos leen, escriben, siguen con su vida mientras la escalera los lleva a las puerta del crudo invierno (en pleno apogeo de lo nuclear, la profundidad y vastedad, servían como refugio). Cuando salí del aeropuerto en tren y llegué a la estación Kievskaya, me sentí en la URSS, perdido en un mar de cirílico, viendo la gente enfundad en piel, la hoz y el martillo inmortalizadas en el mármol, junto a la figura desafiante de Lenin.
Palpablemente el corazón latente de Moscú y de toda Rusia, impresionante por su masividad y significado, la Plaza Roja. Su belleza creció notablemente cuando Iván el Terrible, decidió construir la Catedral de San Basilio, escribiendo una página dorada en la historia de la arquitectura, para festejar la victoria sobre los tártaros. Llamada así en honor al Santo descalzo Vasily el bendito, quién predijo la condenación de Iván y que este mataría a su propio hijo. Formada por 9 capillas coronadas con cúpulas abulbadas, en una conjunción imposible de colores, que recortan su figura en el cielo, materializando una imagen difícil de creer, brillando con el eterno resplandor de lo que es sin duda una de las construcciones mejor concebidas de la historia de la humanidad. Reza la leyenda que Iván deslumbrado, hizo que le sacaran los ojos al arquitecto, para que no pueda crear algo similar. En el frente, en un pedestal granítico, se encuentra el monumento a Minin y Pozharsky, en honor a aquella gesta bélica histórica que acabo con la expulsión de los polacos en 1612. A un lado y al frente de la plaza se encuentran el GUM y el Museo Estatal de Historia, el primero fue originalmente uno de los grandes almacenes de la Unión Soviética aunque parece un palacio, actualmente es el centro comercial más grande de Rusia donde se venden la marcas inasequibles para el "soviet" común y silvestre, el segundo llama la atención por su fastuosa ornamentación y su característico color carmesí.
El Mausoleo de Lenin, es el Ground Zero, para todos los comunistas nostálgicos, el mítico lugar donde descansa embalsamado en rojo terciopelo desde el año de su muerte. Adentrarse en el oscuro pasillo, sin emitir sonido ni frenarse, contemplando la cerosa figura, que aún hoy despierta veneración es sin más palabras increíble.
El Kremlin, cuya traducción sería ciudadela, es un lugar lleno de mística, sobre todo después de la Guerra Fria, donde fue el nervio del espionaje soviético, símbolo de poder. Sirvió de oficinas personales de Lenin y Stalin, aunque su historia se remonta a 1331, pasando a ser más tarde la residencia del príncipe de Moscú, que sufrió numerosas modificaciones, la última de importancia fue el cambio de las águilas, símbolo de los zares, por las estrellas con puntas de rubí símbolos del partido comunista. En su interior cuenta con 4 Catedrales, la de más importancia es la Uspenski ya que se halla donde estaba el primer templo de Moscú, allí se coronaban zares. La de la Anunciación, en principio sirvió como capilla de la casa del gran príncipe y era tricéfala, por las sucesivas expansiones llegó a tener 9 cabezas, por lo que pasó de ser una modesta capilla al templo de la familia del Zar. En la Catedral del Arcángel Miguel se enterraron a los zares y se festejaron las victorias del ejército ruso.
Como ejemplo de la megalomanía de los rusos tenemos Tsar Pushka y Tsar Kolokol, el cañon y la campana más grandes del mundo, se dice que ninguno de los dos fue utilizado , el primero pesa 38 toneladas, la segunda pesa 216 toneladas( Una ballena azul, no llega a pesar 200), ambos están finamente ornamentadas, con motivos reales.
También encontramos el Palacio Estatal del Kremlin donde sesionaron los congresos del Partido Comunista de la Unión Soviética y se celebraban las sesiones del Soviet Supremo de la URSS, en la enorme sala con capacidad para 6000 personas, con traducción instantáneo en casi 30 idiomas. También encontramos el Gran Palacio . Todo esto rodeado de las rojas murallas, con sus 18 torres.
La canción de Scorpions sigue con "Llévame a la magia del momento. En una noche de gloria...", no encontré mejores palabras para resumir el 31 de diciembre, observando entre la multitud que el reloj de la torre Spasskaya diera las 12. Cuando sonó el primer campanazo del 2008 se desató una lluvia de fuegos artificiales, plasmando en el cielo una imagen imposible hasta en el pensamiento más creativo. La diferencia de temperatura entre Buenos Aires el día que salí y Moscú, era de -60º, pero parecía al revés.
miércoles, 2 de abril de 2008
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